Hay un concepto que se denomina “Killing zone”, el cual involucra un rango de temperaturas entre 2.2° a 5°C. Si la fruta se expone durante un periodo largo de tiempo a este rango de temperatura, se inactiva la enzima PME, mientras que la enzima PG sigue funcionando. Si esto ocurre, una vez que madura la fruta se desarrolla el desorden fisiológico conocido como «harinosidad», el cual no es bien recibido por el consumidor final.
Por esta razón es de suma importancia considerar la temperatura del contenedor en el cual es enviada la fruta, para así evitar la presencia de este tipo de problemas que afecten la calidad en destino.
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