Falta cada vez menos para que comience la temporada de cerezas y las opiniones sobre qué pasará este año son variadas.
Algunos confían en que China no cerrará sus puertos, otros creen que los tiempos de tránsito y desaduanaje mejorarán y volverán a ser lo que eran antes del COVID, pero la realidad es que todo es dudoso y poco claro. La única certeza esta temporada y en lo que toda la industria concuerda, es que, si no nos preparamos bien y realizamos cambios en la cadena, el pardeamiento interno pegará tan fuerte en la fruta como la última temporada, especialmente aquella que arribará post año nuevo chino (ANC).
La última temporada fue bastante compleja en cuanto a tiempos. Tanto los viajes marítimos como el desaduanaje aumentaron radicalmente. Estas variables, más los cierres portuarios, generaron que una cantidad más que considerable de contenedores demoraran sobre 50 días en comercializarse, ocasionando distintos problemas de condición. Un porcentaje menor de contenedores llegó con hongos, un porcentaje mayor de cajas se fermentaron debido a los quiebres de temperatura en destino, y prácticamente toda la cereza que arribó post ANC (especialmente Regina) llegó con un pardeamiento interno severo.
Este año se ha invertido mucho para enmendar los errores del año pasado. Se espera que los tiempos de tránsito estén entre 22-24 días. En China, los turnos que entrarán a puerto serán testeados y aislados días previos a su ingreso, buscando evitar contagios y cierres. En cuanto a origen, antes que la nave zarpe, se le debe realizar un PCR a toda la tripulación para asegurarse que no haya peligro de infecciones.
El pulso del mercado indica que los principales problemas se darán en origen. “Los campos de Regina y Lapins vienen muy cargados, si no se realiza un raleo correcto se tendrá más fruta, pero con un menor calibre y peor en términos de nutrición, lo que reducirá directamente su vida post cosecha”, sostiene M° Eugenia Fernández, comercial de Liventus Global. “Se espera procesar alrededor de 430.000 toneladas, tarea titánica, ya que no contamos con la capacidad de líneas de proceso suficientes a nivel nacional para procesar esa cantidad. Esto ocasionará que un gran porcentaje de fruta espere días para ser procesada”, sostiene Jose Antonio Barrera, comercial de la importadora china River King.
En síntesis, que los tiempos de tránsito y desaduanaje mejoren no será de gran ayuda si se embarcará fruta más “cansada”, con menos vigor, de menor calibre y con peores manejos post cosecha ya que los problemas de condición se expresarán antes de lo esperado. Esto obliga a los exportadores a buscar alternativas de postcosecha que no solo se preocupen de mantener los pedicelos verdes y los frutos firmes, si no que logren retrasar el proceso de maduración de la fruta.
Es esto lo que logra el concepto “Full Control” propuesto por Liventus Global para cerezas. Es la combinación de las tecnologías que ofrece la Atmósfera Controlada en conjunto con bolsa HarBest caja a caja. Juntas, estas tecnologías proporcionan todos los beneficios que brindan las altas concentraciones de dióxido de carbono y oxígeno: disminuyen la tasa respiratoria de la fruta, logran ejercer un control fungistático e inhiben la enzima polifenol oxidasa, lo que a su vez disminuye el pardeamiento interno en las cerezas. El bajo porcentaje de perforaciones en la base de la bolsa HarBest hace que esté presente una alta humedad relativa que logra conservar los pedicelos verdes, además de evitar la fermentación de la fruta gracias a que permite que los gases puedan ventilar ante los usuales quiebres de temperatura que existen en destino.
Imagen. Liventus Full Control
No basta simplemente con que se solucionen los problemas en destino, si en origen estos se siguen intensificando y se termina embalando fruta más estresada y en peores condiciones que años anteriores. Para evitar problemas de calidad y condición en destino es necesario realizar cambios en toda la cadena, desde mejorar la calidad del fruto cosechado hasta probar nuevas tecnologías de postcosecha que prolonguen la vida del fruto, buscando “dormirlas” durante el tiempo de tránsito para así retrasar su proceso de senescencia, disminuyendo sus principales dolores de cara a los recibidores y consumidores en Asia: pardeamiento interno y la fermentación en destino.